PARTE TEÓRICA
Las
brujas, expertas conocedoras preparan desde la antigüedad, usando las
propiedades de las plantas diversas infusiones, filtros o pócimas y ungüentos
que emplean en sus diversas prácticas mágicas. Otro de los usos que les dan es
el de la fumigación, mediante el cual inhalan los vapores obtenidos al quemar los
restos vegetales. La infusión consiste en poner las plantas en agua hasta el
punto de la ebullición para extraer sus principios activos, la pócima o filtro
es el cocimiento de determinadas plantas combinadas para despegar de ellas
todas sus propiedades y utilizar el líquido resultante.
Es cierto que algunas
combinaciones son altamente venenosas, lo que convierte a estas mujeres en
experimentadas especialistas y a su labor en un arte.
La mayor parte de las plantas utilizadas por
las brujas en el pasado crecían en suelos ricos en nitrato y amoniaco, por esta
razón se recogían en cementerios, donde la materia orgánica en descomposición
los cargaba de estos alcaloides compuestos. Se recogían al atardecer pues la exposición
a la luz solar diaria hacía que su acumulación de sustancias estimulantes fuera
mayor.
La
magia hecha a base de la herbolaria es muy poderosa y peligrosa, ya que muchas
plantas contienen cantidades variables de atropina, hioscina y escopolamina,
alcaloides extremadamente peligrosos por sus efectos mentales y hasta mortales,
según lo advierte la autora Mar Rey Bueno en su libro Historia de las Hierbas
Mágicas y Medicinales.
Hay
cuatro especies usadas por las brujas que son muy conocidas desde siempre, las
cuales son:
Existen
otras especies de plantas que son protectoras y por tanto se usan como
talismanes desde tiempos muy antiguos, entre ellas encontramos:
PARTE PRÁCTICA
El
uso de las hierbas es muy variado, algunas pueden ser muy útiles para
aromatizar ambientes cerrados como armarios y cajones, para ello unas prácticas
bolsitas en un material sencillo que pueden recoger algunas hojas y flores
secas usadas para este fin.
Materiales necesarios:
Retazos
de tela suave como manta delgada u otro tipo, algo de encaje y cinta de
colores, hilo del tono de la tela y nuestras hierbas aromáticas.
El proceso es sencillo:
Se
cortan tiras de 5cms X 15 a 20 cms, se doblan a la mitad y se cosen por ambos
laterales dejando un lado como abertura, se realiza una bastilla para darle
acabado; se coloca el encaje y la cinta en el extremo. Se procede a rellenar
para terminar.
Como
se muestran en las imágenes yo usé mallín y lana también..
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